miércoles, 24 de septiembre de 2014

Plan vacacional perfecto



Plan vacacional perfecto

Cuando una delegación deportiva de las nuestras regresa a casa, a través del  aeropuerto internacional Simón Bolívar, o por cualquier otro aeropuerto,  sea cual fuese el resultado obtenido  en el evento en que  participaron, se manifiesta  una sensación de orgullo personal amalgamado con  orgullo nacional;  el atleta se siente más patriota, se siente que el esfuerzo realizado,  todos esos entrenamientos dieron  sus frutos,  que su familia está orgullosa de el,   que el país se siente elevado por sus logros.  También empiezan aparecer esos personajes que  dicen que ellos apoyaron siempre a los atletas, que si no fuera  por ese esfuerzo multidisciplinario, este triunfó no hubiese  sido posible. No se inmutan ante la persona, ante el atleta, que ha realizado la proeza, el prodigio, mucho menos se inmutan ante el público en general, conocedor experimentado de todas estas triquiñuelas que tratan de convencer de que realmente fue un gran trabajo multidisciplinario, de equipo.  Así ocurre,  todo el esfuerzo individual del atleta queda diluido ante la   jactancia de este personaje  diciendo lo que sea, para de esta  forma, figurar. Recuerdo, que hubo mucha frustración cuando se suspendió CAF 2014, a nivel individual  por los entrenamientos que se realizaron  y  fueron retos  truncados,  ya que estos  son entrenamientos específicos con el tiempo, los  cuales  no se recuperan para el objetivo  del  momento,  esto de repente es remediable, ya que la competencia CAF podría realizarse el año que viene  y se puede trazar  otro plan para volver a entrenar; pero cuando es una competencia de edades, es una época para cada quien en su categoría, más,  si es competencia internacional, lo lógico y puntual,  es que las federaciones, organismos públicos estén al tanto de estos representantes a nivel internacional.   En la actualidad, el ministerio de deporte venezolano pareciese que únicamente le interesa unos cuantos deportes, el fútbol, fórmula 1, entre otros, sin quitarle mérito a cada quien,  pero ¿Qué pasa con el Atletismo?  ese deporte rey en las olimpiadas; lo digo porque ya es como la tercera vez en lo que va de año, que una delegación no viaja a sus competiciones a nivel internacional y  esta vez le tocó a la delegación de atletismo que representaría a Venezuela en el campeonato sub 23 en Montevideo del 3 al 5 de octubre, tan simple,  lo que dicen es que no hay boletos, ni divisas, ¡por favor! este es un país que tiene y demás, ahora la noticia es: Venezuela el gran ausente de dicho campeonato. Un país tan rico y pasa esto, por lo menos tienen aviones a montón, o acaso esos aviones son para los planes vacacionales individuales de quien sabe; Venezuela está sufriendo muchas formas de desesperanza, en muchos aspectos, una de las más peligrosas es, sin duda, la que nace de la pérdida de confianza en la política y en  los políticos, porque aunque no lo crean esto es político, el que llega al aeropuerto a decir que gracias a el todo es posible, pero no aparece en estos instantes, es el que no mete la mano cuando se necesita en realidad;  hay carreras donde hay que  esperar a que haga acto de presencia, hay que esperar que  llegue,  el personaje político para que de la partida o la premiación, es así, una cruda y desagradable realidad.  A nivel individual son muchos los que atribuyen a la política todos los males,  para el deportista estos casos son así, al deportista no le interesa si en el uniforme está  plasmado algo político, lo que le interesa es su país y representarlo  dignamente; la política en el deporte ya se ve con recelo e indiferencia,  se ha pasado en muchos casos a excluirla como tema de conversación y tratarla con rechazo e, incluso, repugnancia. Es hora de exigir que se respete el trabajo del atleta, entrenadores, familiares entre otros que estén del verdadero lado del deporte. Por favor político del pasado, político de turno, político futuro, deja ese plan vacacional y apoya verdaderamente cuando se te necesita.


Coge consejo y llega a viejo

El peor analfabeto es el analfabeto político. No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. No sabe que el coste de la vida, el precio de los frijoles, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas. El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales
Bertolt Brecht.





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