domingo, 19 de julio de 2015

Carmen Matilde Acosta Subero De Ramos

CARMEN MATILDE ACOSTA SUBERO DE RAMOS


Que responsabilidad toca cuando sentimos que un árbol necesita continuar fortaleciendo cada una de sus diferentes ramificaciones, un árbol genealógico, un árbol que habla de familia, un árbol que habla de historia; a través de los tiempos o a medida que pasa el tiempo, se va reduciendo la cantidad de integrantes de las futuras generaciones, de las diferentes ramas del árbol, esto, en comparación a tiempos pasados, donde los padres, abuelos tenían hijos de a montón, épocas donde se formaron familias numerosas; en la actualidad ya no es así, sea por el modernismo, por el análisis que se hace a la hora de escoger un nombre, por su significado, por la distancia geográfica en que se encuentra cada uno de los integrantes de la familia, por eso y por muchas otras razones toca a los que son herederos en la actualidad, mantener el legado de la familia, contar las historias y anécdotas a los más pequeños, para que estos creadores de raza que ya no se encuentran con nosotros queden en la eternidad y en nuestros recuerdos por siempre. Tengo el gusto de tener a mi mamá Luisa Acosta, escribiendo hoy sobre el árbol de mi familia, con la razón suficiente, que hace poco murió el último integrante de una parte muy importante de nuestro árbol familiar, la Tía Matilde. Así, tomar ejemplo y cada quien a buscar y analizar sus propios árboles.

El día 05 de Julio, aproximadamente a las 05:00AM se produjo, de forma natural, el deceso de nuestra amada tía Carmen Matilde Acosta Subero de Ramos, a la edad de 92 años, hecho acaecido en la ciudad de Anaco, estado Anzoátegui. Podemos decir que su alma ha partido envuelta en una nube de paz y amor al encuentro de la eternidad, del no tiempo, de los que avanzaron antes, de Dios.

Matilde o tía Matilde viene siendo la última sobreviviente de parte muy importante de nuestro clan, de los Acosta Subero y conversando en mi casa, expresé la profunda tristeza que me embargaba por el fallecimiento de mi tía, amén, de la necesidad de perpetuar los lazos familiares al irse evaporando, cambiando de estado, las ramas principales de nuestra familia, es así como surge la idea de escribir algo sobre nuestro árbol familiar, por lo que me permito expresar de manera muy sencilla, algunos hechos, datos obtenidos del libro magistralmente escrito por Genoveva Marcano “Maestro de Maestros”, vivencias, información obtenida de boca a oreja, recuerdos relacionados con la vida y obra de Matilde.

Tía Matilde, sus abuelos:

Celedonio Acosta, abuelo paterno.

María de la Cruz López, abuela paterna.

Agustina Subero, abuela materna.

Tía Matilde, sus padres:

José María Acosta López, nativo de La Asunción, estado Nueva Esparta, nace el año 1858 y muere en Majagual, estado Sucre en 1941 a la edad de 83 años.

Luisa María Subero, descendiente de los indios Guarauno, nace el año 1886 en el Pilar, estado Sucre y muere en Caripito, estado Monagas el año 1964 a la edad de 78 años.

Tía Matilde, 9 hermanos:

Ana Ventura Subero, la mayor, es la madre de Ramón Antonio Marcano Subero, ella muere siendo el muy pequeño, de apenas 3 años de edad.

Pedro Antonio Acosta Subero, perucho, mi padre.

Jesús Rafael Acosta Subero, chú.

Eladio Epifanio Acosta Subero.

Félix Timoteo Acosta Subero

Vicenta Gerónima Acosta Subero

José Pantaleón Acosta Subero, pantín.

Leandra Agustina Acosta Subero.

Valeria Bonifacia, facha.

Tía Matilde, 11 hijos:

Luis Fridolín Ramos Acosta, falleció el 31 de Julio de 1994 en la ciudad de Valencia, mi primo, mi hermano, mi amigo, mi compadre.

Juan Francisco Ramos Acosta, tano, como no recordar toda aquella logística desarrollada para la recolección de almendrones y semillas de merey, la extracción de las almendras, el tostado de las semillas, y la agonía a la que nos sometía a todos, al tener que esperar a que terminara todo el proceso para que por fin se produjera el tan ansiado reparto de tan exquisito manjar, manjar de los dioses de Anaco.

Miguel Ángel Ramos Acosta, malos cráneos, con sus pesas, con su lata de leche rotulada con una calavera, veneno, prohibido.

Esteban de Jesús Ramos Acosta, ocumo chino, primo de mi alma,

Felicidad del Carmen Ramos Acosta, chilá, autónoma, valiente, querida.

Gabriel Darío Ramos Acosta, respetuoso, amable.

Efrén Antonio Ramos Acosta, la tortuguita, observador, callado, prudente.

Julio Damián Ramos Acosta, sociable, comunicativo.

Auristela Agustina Ramos Acosta, frontal, auténtica, compasiva.

Dexi Cira Ramos Acosta, elocuente, vivaz.

Beatriz del Valle, la más pequeña, romántica, amorosa.

Tía Matilde: más de 40 nietos y varios bisnietos.

Tía Matilde, la síntesis bonita de la familia, una mujer cargada de coraje, fuerza, valentía, trabajadora, con capacidad para multiplicar el pan, para así alimentar a su frondosa familia, sin que ninguno se quedara por fuera; mujer hacedora de milagros, al lograr llevar a sus hijos por el camino correcto y perfecto, sin perderse o desviarse alguno en el trayecto; mujer sabia, que sin ser letrada, tenía el don de la enseñanza clara y precisa de lo bueno, para que lo malo no se repitiera nunca jamás; tolerante hasta el infinito, pero firme a la hora del “ya basta, se acabó, que no se repita”; mujer callada, con gran capacidad de comunicación no verbal, donde el gesto, la caricia, la mirada, dicen mas que mil palabras. Con Tía Matilde, además de la afinidad natural, tuvimos una gran carga de afinidad afectiva, porque desde siempre vivimos muy cerca, con una casa de por medio, lo que nos permitió conocerla, valorarla, amarla, hasta lo mas recóndito de nuestras almas. Fuimos testigos de excepción de su valía como mujer, esposa, madre, nuera, abuela, bisabuela, tía, hermana, cuñada, amiga, vecina, como ser.

Tía Matilde, échame la bendición…….

Luisa Acosta


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